Experiencia Granja Cantagrullas | Una historia con la X-E2

No es tán fácil encontrar gente como Rubén Valbuena. Por muchas razones.
Compartir mesa, mantel, vinos, quesos, ilusión y pasión.



En un Finisterre tierra adentro

Ramiro (provincia de Valladolid), un Finisterre tierra adentro, como le gusta decir a Rubén. Allí ha elegido estar Quesería Granja Cantagrullas.
Pero, ¿quién es Rubén? Un maestro quesero muy especial.

He venido con un grupo de amigos aficionados a la fotografía en una visita organizada por Piensa en Foto para conocer el proyecto de Granja Cantagrullas, un proyecto vital.

¿Por qué me parece que no es tan fácil encontrar a alguien así?
No lo digo porque en apenas dos años haya puesto a rodar un proyecto que le ha convertido en un productor de referencia en el mundo de los quesos en España.
Tampoco porque su bagaje anterior sea como asesor en Naciones Unidas y no en la producción quesera. Ni porque en tiempos donde muchos jóvenes dejan tristemente nuestro país para tener una oportunidad profesional él haya hecho el camino de regreso para instalarse en un pueblo de Castilla.
Ni siquiera lo digo porque haya desarrollado su maestría quesera apostando por elaboraciones que no tienen nada que ver con las que son tradicionales de la zona. Granja Cantagrullas realiza elaboraciones con leche cruda de oveja muy alejadas de las típicas pastas prensadas curadas castellanas.

Lo que convierte en especial a Rubén es su honestidad, su seguridad, su ilusión y su pasión. Es contagioso.



Honestidad. Granja Cantagrullas es un negocio quesero que quiere ser fiel a sus valores: innovación, crear tejido productivo local, utilizar materia prima de proximidad, poner la dimensión del proyecto en base al equipo que lo impuso y no al servicio de la demanda, ...
Seguridad. Sabe lo que quiere y lo defiende sin la más mínima duda. Una seguridad que apabulla, pero que viene de alguien que cuestionó sus propias seguridades anteriores.
Pasión e ilusión . Una pasión desbordante por su oficio, por el lugar que ha elegido para llevarlo a cabo, por aprender y descubrir. La ilusión que hace brillar sus ojos cuando habla de sus desvelos nocturnos por sus quesos cuando está trabajando en una fermentación nueva.

El equipo de Cantagrullas está tan loco que quiere hacer un poco mejor este mundo haciendo queso.

La dehesa

Paseamos con Rubén y Juan Carlos (el pastor) por la dehesa donde el rebaño pasta libre. Un paisaje fascinante entre encinas y pinos.
Hortalizas desechadas por los lavaderos que procesan los alimentos que llegan a las bandejas de las grandes superficies y fruterías de barrio desperdigadas por el suelo que complementan la alimentación de las ovejas. Desechos de una sociedad que valora la apariencia por encima de la calidad. El pasto no es abundante.
El ganado es raza castellana, manejado de forma extensiva en dehesa y sin estabular. Otra apuesta por tener personalidad propia y por los métodos tradicionales.







La paridera

Aquí se apartan las ovejas que están a punto de parir. Son separadas del resto del grupo para el nacimiento y cría de los lechazos.
Ya está próximo el momento; algunas casi no se pueden mover. Entramos en la nave, todas las ovejas salen corriendo. Todas menos una. Un cordero recién nacido ntenta mantenerse en pie y busca las ubres de su madre. Nos mantenemos lejos para que la madre no lo rechace.



La casa

Hospitalidad. Rubén y Asela (su mujer) tienen la mesa dispuesta con un delicioso guiso de capón que ha preparado una paisana del pueblo. La comida acaba con una degustación de quesos de Cantagrullas. Rubén, corta, sirve, llena nuestras copas y nos cuenta la historia detrás de cada queso. Nos dejamos sorprender por su variedad, sabores, texturas y matices.
Rubén corta y sirve de nuevo. Escuchamos lo que nos cuenta sobre el afinado y sobre el difícil mundo de la distribución de los quesos.
Cierro los ojos y disfruto.




La granja

Acabamos la jornada visitando la granja, a tan solo unos pasos de la casa. Tan cerca como para que Rubén y Asela se acerquen a veces en mitad de la noche, con la ilusión de un niño a vigilar cómo progresan las fermentaciones.
Nos cuentan cómo es el proceso de elaboración, los moldes que utilizan, su aprendizaje. Vemos la sala donde maduran los quesos, donde esperan pacientes a que alguien los reciba y los disfrute.





Contaminado

Me voy de Granja Cantagrullas contaminado por la pasión de su proyecto, contaminado por la hospitalidad de Asela y Rubén, contaminado por su convencimiento de que desde nuestro rincón-trabajo-afición (cualquiera que este sea) podemos hacer que el mundo sea un lugar un poco mejor.
Una cesta de quesos se viene conmigo. La cesta la ha elaborado un taller local de promoción de empleo. Otro de esos gestos de Granja Cantagrullas pensado para apoyar la creación de tejido productivo alrededor.


Pasión, ilusión, poner en cuestión cómo haces las cosas y lo que creías saber para adquirir nuevas seguridades y conocimientos, honestidad.
Estos valores los quiero para mi experiencia fotográfica.





Fotografías tomadas con una Fujifilm X-E2 cedida amablemente por Fujifilm España.
Procesadas usando VSCO Film.
Para disfrutar de las imágenes con mayor calidad visita mi galería.

La visita fue organizada por Piensa en Foto y fue costeada por los que participamos en la experiencia.


5 comentarios:

  1. Mi más sincera enhorabuena en todos los aspectos: literario, fotográfico y, sobre todo, vivencial.

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    1. Hombre Justino, ¡qué sorpresa!
      Muchas gracias por la visita, por leer este post y por dejar un comentario tan bonito.
      Las palabras se me dan peor que las imágenes (y estas deberían hablar solas), pero este post pedía contarlo y dar contexto.
      Me alegra mucho que te haya gustado

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  2. No sé qué hago leyendo este post con la tripa vacía.
    Me gusta cómo escribes, Rafa. Me ha resultado... tranquilo, como se supone que es el tiempo en esa granja. Las fotos me gustan también, pero me sorprenden por el tono oscuro en casi todas ellas. Yo suelo llevarlas casi hasta el límite del quemazón.
    La foto de las ovejas mirando todas ellas a cámara es "ahora". Y la última, ese bodegón de estilo pictórico me chifla.

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    1. Gracias Diego por tu comentario. La verdad es que lo de escribir, y escribir tanto como este post que tiene mucha letra, no era mi objetivo al abrir el blog. No es lo mío. Tengo cierta tendencia a enrollarme. :)
      El procesado es buscado. Quería darle a esta serie un toque "extraño" lejos del realismo y del "mira que bonico el pixel" (todo terminología muy técnica como ves). Están procesadas usando VSCO Film 04 (Kodak E-200 si no recuerdo mal) como punto de partida .
      Una de mis asignaturas pendientes es encontrar mi estilo en la edición. Va llegando.
      La que mencionas de las ovejas es de esas que nada más hacerla sabes que tienes foto.
      El bodegón es una improvisación total. Entré de nuevo a la casa para recoger mis cosas. Ya se había ido todo el mundo y las luces estaban apagadas. Me di la vuelta, vi la mesa, la escasa luz que entraba por las ventanas sobre ella desde fuera... era foto. Saqué la cámara; click; me fui.

      Gracias por pasar por aquí y dejar tu comentario. Un abrazo, crack!

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    2. Muy interesante lo del VSCO. Habrá que investigar eso.

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